domingo, 7 de noviembre de 2010

"Tú eres el lenguaje profundo"

[...] La carne me ha enseñado el más hondo saber
y el lenguaje me enseña su lección venerable:
que el Tiempo es un abrazo de un hombre y la mujer,
que el universo es una palabra formidable.


"Elogio a mi nación de carne y de fonemas", Félix Grande


Leo a Berta Piñán (La mancadura) y parece que me leo. Leo a Xandru Fernández (Restauración) y me encuentro. Leo a Tolstói, Bolaño, Llop... y también.
Me gustan los viernes. Todo comienza. Parece que todo comienza. Voy de libros y últimamente siempre tengo un regalo en Paradiso. Chema sonríe: como si fuera un Rey Mago y yo una nena pequeña. Compro lo que puedo y agarro el paquetín, siena, entre mi brazo y mi axila. Me escondo en algún café: té con leche, por favor. Abro y huelo. Rebusco frases, calambres en mis yemas; ahogo esa mirada que me dicen triste.

Quien lee se pelea contra el tiempo: quiere muchas vidas; no le basta una y sola. Así que devoro historias. Y tú me insultas: son simulacros. Ven, hazte carne. Sólo en mí engañarás al Tiempo.

Quien lee tiene miedo. Ser audaz, osado, lujurioso, perverso... en otros. Y tú ríes, sólo con la comisura izquierda de tus labios. Eres profundo, como dicen que son los volcanes bajo el mar. Los peces no saben que están solos; libres. Los peces de mi pecera no saben que yo los miro. Cautivos.

Estoy llena de grietas. Y tú, como los peces, tampoco sabes. Si te dejo, resbalarás, (caes, caes). Allá de donde te protejo.

Y como los niños, pido cuentos (para dormir), en un intento, vano, de ahuyentar con ellos la hora del lobo.
Que crece.

No hay comentarios:

Publicar un comentario